Primero, hay que entender que un problema no es el fin de una situación, si no un paso más en tu ruta al éxito. Cuando cambias el enfoque, eres capaz de tratar todas las contingencias de otra manera. Por lo tanto, voy a dedicar este pequeño post a mentalizarte y hacerte entender de que no hay ninguna fórmula mágica para solucionar todos los problemas, simplemente tienes que aprender que son parte del camino.
Una vez lo tienes claro y has conseguido darle el justo valor que se merece, soluciónalo. Simplemente hazlo, no te lo pienses más. Deja de pensar en las causas, el porque ha sucedido, que podrías haber hecho para evitarlo, o todas esas cosas que ya no puedes controlar, y enfócate en la solución. Que puedo hacer, como lo voy a hacer, y lo bién que te sentirás una vez lo hayas arreglado. Eso te llevará a un estado de motivación para afrontar a partir de ahora todos los problemas que encuentres en tu vida.
